4 Más uno

NUEVA SERIE #2

El cartel y el deseo de la Escuela

Joanne Conway, Miembro de la NLS-AMP

Responsable de carteles de la Nueva Escuela Lacaniana (NLS)

¿Cuál es la relación entre la experiencia del cartel y la experiencia de la escuela? Es una pregunta que ha sobrevenido diversos cambios, a medida que mi experiencia de ambos continua. Actualmente dicha pregunta se encuentra enredada con la cuestión del deseo presente en cada cual, capturada en la frase de Daniel Roy, que dice: "El deseo es un objeto explosivo" ("Desire is explosive matter"). Es un significante evocativo y enigmático que indica interrogación. Voy a intentar decir algo sobre el objeto en términos del Cartel y de deseo de la Escuela.

Al considerar el objeto de deseo y relacionarlo con el cartel y la Escuela, de forma independiente surgió lo que aquí nombro como el deseo explosivo de Lacan. Fue su "deseo explosivo" el que no solo selló su destino en la IPA, terminando con su excomunión, tal como la llamó en 1963; sino también que del mismo deseo incendiario nació la creación de la Escuela y el recurso del cartel en 1964. ¿Podemos afirmar que el Acto de fundación es un testimonio de un deseo singular en acción, en acto, artefacto de un deseo explosivo, tanto en su intención como en su extensión?

Lacan dice algo sumamente particular en la apertura del "Acto de fundación", y cito: "[…] tan solo como siempre lo estuve en mi relación con la causa psicoanalítica". [1] Quiero enfatizar en esto, ya que es crucial con relación a qué tipo de deseo se encuentra en juego respecto del cartel y de la Escuela.

Al fundar la Escuela Lacan logró algo un tanto paradójico, creó una comunidad. A través de su invención Lacan instituye "una formación colectiva", [2] que paradójicamente opera tal como Miller la nombra, como una "multitud solitaria" [3] de soledades, una nueva forma de vínculo social. [4] Cada uno por sí mismo… pero cada uno por sí mismo con otros donde sea y cuando sea que se invoque e inscriba el cartel. Eric Laurent en su artículo "Lo real y el grupo", específica que, si la Escuela es la "base de operaciones contra el malestar en la civilización", el cartel es la "base de una institución para el psicoanálisis". [5] En otras palabras, no hay Escuela sin cartel –la vida de la Escuela pasa por el cartel, es por eso que es considerado como uno de los órganos de la Escuela–. Aspira al deseo.

Esta yuxtaposición de lo singular y lo colectivo, la comunidad de soledades que es la Escuela, opera en el mismo corazón del propio cartel. Lo que crea y anima al cartel es la tarea y el objeto del trabajo. Como especifica Laurent, el cartel: "es un instrumento de lucha contra el universal ciego". [6] En otras palabras, el cartel debe operar para habilitar el deseo singular de cada miembro del cartel uno por uno en sus trabajos dedicados mientras que a su vez mantiene y moviliza la reunión de un grupo bajo una causa común, la del psicoanálisis. Menuda tarea y claramente aquí podemos encontrar los ecos de aquello que está en juego en la fundación de la Escuela misma que pone al psicoanálisis como su causa.

Como la Escuela, el cartel no se agrupa alrededor de un "para todos", sino más bien un No-todo. Este es un punto fundamental. El cartel circula en torno a un vacío, un agujero en el conocimiento, una falta que evoca, paradójicamente, una presencia, que es el deseo. Pero como especifica Lacan, el deseo en cuestión en el psicoanálisis no es un deseo puro. El deseo no es democrático. ¿Entonces cómo trabajar con tal objeto explosivo vía el cartel?

Es aquí donde posiblemente encontremos otro significante, aquel del consentimiento. Para el psicoanálisis o de hecho cualquier tratamiento, presentarse y hablar no necesariamente equivale a un tratamiento siendo llevado a cabo o a un consentimiento al tratamiento. Debe haber una demanda, ¿Cómo producirla? ¿Qué tipo de consentimiento se puede dar para operar en un tratamiento psicoanalítico? ¿Podemos decir que se trata de un consentimiento a encontrar el propio inconsciente? La transferencia retuerce y transforma la demanda subjetiva en la dirección del sujeto-supuesto-saber a uno que toma al inconsciente como su objeto, la transferencia mueve del sujeto supuesto al saber hacia el saber inconsciente que habita al sujeto.

¿Es este el consentimiento que opera en el corazón del cartel? ¿Consiente uno a ser una parte del cartel, a ser miembro del cartel entre otros y consiente uno a la posibilidad de un encuentro con el propio inconsciente a través del objeto del cartel? Es quizás a través del camino de este consentimiento que los efectos formativos del cartel pueden emerger para cada uno. El cartel después de todo es uno de los pilares de la formación. Es en parte a través de la ingenuidad de la estructura del cartel que el deseo de psicoanálisis puede se subjetivizado.

Pero evitemos caer en el engaño del ideal respecto al cartel. Por supuesto, dichos encuentros no siempre ocurren. Existe otra presencia que el vacío del cartel evoca, y esta pertenece al goce. Voy a referirme una vez más al texto de Laurent titulado "Lo real y el grupo". Como el señala, el cartel: "es un instrumento en la lucha contra el universalista ciego". Lo que esto implica es un desmantelamiento de o una separación del discurso del Amo. Esto es en parte la causa del psicoanálisis y su dirección en el tratamiento mismo, pero a su vez paradójicamente implica que cada uno debe encontrar y pasar por los significantes amos que adjuntan o fijan a cada uno a aquellos S1s singulares que los designan y a través de los cuales opera el goce. Este también es el caso en la experiencia del cartel.

Laurent lo desarrolla de una muy buena manera en términos del cartel y el discurso maestro; "esos pequeños grupos que, a través de su trabajo, deberán lucha contra el malestar de identificación con el amo. Deberán remediar el malestar de «pasar por sus significantes»". [7]

Es este "atravesar" que se encuentra soportado por la función del Más uno, que no es la función del líder sino más bien una analítica. El Más Uno ocupa la posición de uno que interpreta, eso es que interpreta el inevitable efecto grupal que se materializará. El lugar de interpretación aquí es en términos de movilizar el trabajo del cartel, apoyando a los miembros del cartel para concentrarse en el trabajo del cartel más que en su dinámica. [8]

Deseo intentar alinear este punto con algo que dice Miller en su texto seminal "La teoría Turín del sujeto de la Escuela"en relación con la interpretación. El deseo es interpretación. Miller también menciona la declaración de apertura de Lacan en "Acto de fundación": "tan solo como siempre lo estuve en mi relación con la causa psicoanalítica". [9] Aquí, según dice Miller, Lacan trae al centro a la soledad "de un sujeto que está en relación con una causa a defender y a promover". [10] Miller señala que vía su acto de fundación Lacan instituye una "formación colectiva", y en el momento de hacerlo apunta a la soledad subjetiva de todos aquellos reunidos para formar la comunidad de la Escuela. Lo hace con estas primeras palabras, "tan solo como siempre lo estuve". En otras palabras, esta no es la fundación de una comunidad de individuos de ideas afines con el mismo deseo reunidos, juntos por un ideal dirigido hacia un líder. Más bien lo que se funda es una formación colectiva de solitudes, cuyos deseos singulares giran en torno y se relacionan con un ideal, un ideal que es la causa psicoanalítica. Miller es claro en cuanto a que este ideal debe operar para sustentar la comunidad de la escuela. Sin embargo, la interpretación de Lacan respecto a la soledad subjetiva y la causa analítica, "reenvía a cada uno a su propia soledad de sujeto, a la relación que cada uno tiene con el significante amo del ideal bajo el que se sitúa". [11] Esta interpretación de Miller manifiesta el modo que tuvieron el cartel y la función del Más Uno desde sus orígenes. Allí desde el momento de la fundación de la Escuela a través del Acto de Lacan y uno están inextricablemente atados.

Entonces, ¿es una experiencia del cartel una experiencia de la Escuela?

Me refiero aquí a un dicho particular de Miller en el mismo texto. Miller formula que la Escuela es un sujeto que puede y debe ser interpretado. También declara que: "Una Escuela en formación es una unidad dinámica". [12] Estas dos frases me llamaron la atención al ser consideradas en conjunto; una escuela como un sujeto en formación. Una escuela fundada por la promulgación del deseo singular como es orientado por la causa psicoanalítica nunca, por la propia definición de deseo Lacaniano, alcanzara su punto final. En otras palabras, La Escuela no existe más que se materializa cada vez que la "multitud solitaria", los unos de la formación colectiva, los trabajadores dedicados movilizan sus deseos singulares como se encuentran orientados por la causa psicoanalítica. La Escuela como un sujeto en formación es entonces un sujeto afirmado por el deseo, y permanece en la base de una "formación sostenida en grupos reducidos". [13]

De esta manera, el deseo de la Escuela está en el centro del cartel. El deseo es un objeto explosivo. Por consiguiente, si este es el caso, ¿podemos decir que el cartel es su dispositivo incendiario?

Traducción Iñaqui Bengolea

NOTAS

  1. Lacan, J., (1964) "Acto de fundación", Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 247.
  2. Miller, J.-A., (2000) Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela, [en línea] https://wapol.org/es/las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=291&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=10#:~:text=La%20Escuela%20sujeto%20significa%20que,sucesi%C3%B3n%20de%20fen%C3%B3menos%20subjetivos%20analizables
  3. Ibíd.
  4. Cf. Frank Rollier's, text "4 plus one: The formula of a new mode of social bond", 4 + One The NLS Cartels' Newsletter Nº 16. También: Laurent, E., "Lo real y el grupo", [en línea] http://cuatromasuno.eol.org.ar/Ediciones/004/template.asp?Logicas-colectivas/Lo-real-y-el-grupo.html
  5. Laurent, E., "Lo real y el grupo", Ibíd.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd.
  8. Ibíd.
  9. Lacan, J., (1964) "Acto de fundación", óp. cit.
  10. Miller, J.-A., (2000) Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela, óp. cit.
  11. Ibíd.
  12. Ibíd.
  13. Lacan, J., (1964) "Acto de fundación", óp. cit.