Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

Gustavo C. Mastroiacovo:Freud, en Budapest, evidencia el interés político/clínico de extender el psicoanálisis a toda la sociedad, y sin extraviar su ética y avizorando ese horizonte, a sus colegas les advierte: "[…] cualquiera que sea la forma futura de esta psicoterapia para el pueblo, […] sus ingredientes más eficaces e importantes seguirán siendo los que ella tome del psicoanálisis riguroso, ajeno a todo partidismo"[1].

En esa ajenidad a toda ideología quedan incluidos los ideales del practicante: de ellos, abstenerse.

Si la finalización de la primera guerra mundial trajo aparejada la creación de los primeros institutos de atención psicoanalítica, la finalización de la segunda proporcionó, a un joven Lacan, a su regreso de Inglaterra, una lectura de lo que años más tarde, en su propuesta de Escuela, articulará, como un tratamiento colectivo de lo imposible como modo de formación sin amo.

El campo de la salud mental se orienta en la lógica del amo con sus leyes, protocolos, manuales, etc.; así como la formación/capacitación obligatoria que éste dispensa al conjunto de los agentes sanitarios: en ella se enseña lo ya sabido para hacer mejor lo que ya se hace.

Por el contrario, el cartel, en el interior del Otro institucional, no capacita para nada dado que cada uno orienta su investigación y formación a partir de un rasgo en ubicación éxtima respecto de los productos del Otro; en esta medida el cartel descompleta al Otro, y el saber que se alcanza se obtiene por fuera del programa.

J.-A. Miller llama "rasgón"[2] a eso que, aún "enganchado" al discurso analítico se experimenta como "un desgarro en el saber", el cual, si se colectiviza en el dispositivo de cartel y este, a su vez, está orientado "histéricamente"[3], permite dar con un producto que se aleja de un nuevo saber de amo, y evita a los cartelizantes la impostura del cinismo o la revuelta que denuncia sus significantes.

El cartel adquiere así valor de refugio, sólo por esa lógica con la que opera sobre lo inclasificable de un malestar contemporáneo, haciendo progresar el discurso analítico en su articulación clínica.