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NUEVA SERIE #4

Entrevista a Luciana Cassina*

Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?

Luciana Cassina: Quienes transitamos por instituciones de salud y en particular por hospitales, tanto monovalentes como generales sabemos que son instituciones particulares y con modos de funcionamiento instituidos. Entonces ¿por qué participar en instituciones y, en especial, en instituciones públicas de salud? Creo que es una pregunta que algunos nos hacemos a diario y transitar por la Escuela de Orientación Lacaniana y el trabajo en carteles vienen, en mi caso, a dar cierto alivio y ordenar algo de esto.

Estando advertida de que, en todas las instituciones, con sus modos particulares de funcionamiento, siempre se ponen en juego distintos goces, y con la convicción de no retroceder ante esto, pienso que es posible lograr instituciones menos crueles o más amistosas para todos los que las transitamos diariamente.

En mi caso, médica de profesión y practicante del psicoanálisis por deseo decidido, parte de mi práctica la realizo desde hace más de diez años en instituciones públicas, en dispositivos llamados alternativos que entrecruzan la práctica territorial de la atención primaria y los hospitales generales. Participé y participo en carteles desde hace años, lo cual me permitió pensar las manifestaciones clínicas actuales y las demandas, no solo de los sujetos que consultan sino las demandas institucionales. ¿Qué se le demanda a un analista en un hospital? ¿Qué hacer con esas demandas? Pensar al analista como doble agente, de salud y del discurso psicoanalítico, permite un tratamiento posible que permita dialogar desde el discurso del psicoanálisis con los otros discursos. Clave esto para ir en contra de los efectos de grupo que se generan en los hospitales y generar efectos amistosos, sin renunciar a los principios clínicos.

S.C.: ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

L. C.: El cartel viene a dar un posible tratamiento. Por un lado, órgano base de la Escuela y a su vez, dentro del hospital, nos permite ir en contra de los efectos de grupo que inevitablemente se generan, permitiendo articular clínica y política, anudadas a la dimensión ética.

"Vayan, júntense varios, péguense uno a otros el tiempo que haga falta para hacer algo y disuélvanse para hacer otra cosa"[1]. Fue la propuesta de Lacan. El cartel es un trabajo colectivo, pero con una producción individual, sostenida por la transferencia de trabajo, y orientados por un rasgo. Rasgos que la clínica, las urgencias subjetivas (las propias y la de los otros), las urgencias institucionales, las sociales y las de formación, en mi caso fueron delimitando en los distintos carteles en los que participe una orientación, una línea de investigación. Investigaciones que han tenido saldo de saber epistémico, pero también efectos institucionales. Uno de los cuales fue estar advertidos de que el objetivo no es conseguir la cura para todos, sino un uso posible del psicoanálisis para cada sujeto.

NOTAS

* Médica. Coordinadora de las guardias de salud mental en hospitales generales. Dirección de Salud Mental. Hospital Cullen y Hospital Iturraspe de la ciudad de Santa Fe.

  1. Lacan, J. (1980) "El Señor A.", Revista virtual de Carteles, La 4+1. Bs. As., EOL, en: https://www.cuatromasunoeol.com/sv/referencias.el-senor-a-jacques-lacan