4 Más uno

NUEVA SERIE #4

El primer cartel no es sin el último

Maximiliano Alesanco

Es un asunto psicoanalítico que lo formalizable de la experiencia deba leerse après-coup, con el diario del lunes, diríamos en criollo. De modo que, ante la invitación -que agradezco profundamente- de escribir para la revista de los carteles de la Escuela, lo primero que evoqué es que el primero no es sin el último.

Los efectos que han tenido los carteles en los que participé han ido variando, de experiencia en experiencia, dependiendo del tiempo subjetivo que fui atravesando en el análisis. Los primeros carteles, no tenían "efecto cartel" en el sentido que tienen hoy día. Hacía de ellos un uso que apuntaba a horadar la división subjetiva mediante el recurso a un saber que se pretendía total, un uso universitario del dispositivo que no provocaba una elaboración con un saldo, con un resto de algo por decirse, sino que pretendía obturar la hiancia constitutiva por la que no todo puede decirse o saberse. Por supuesto, la identificación al más-uno como la excepción "garantizaba" este uso.

El efecto de los últimos carteles de los que participé, que me permiten ahora leer los primeros, es el de una división subjetiva y un resto. Se obtiene de la lógica colectiva, pero de producción individual, un saldo, un resto que, no sólo es no-todo, sino que se vuelve causa de seguir investigando, precisamente en el punto donde bordea ese agujero no obturable con el saber. Así interpreto hoy lo que es el efecto cartel.

Lacan comenta en el escrito "La psiquiatría inglesa y la guerra"[1], las experiencias de Bion y Rickman, de las que extrae algunos elementos con los que piensa la estructura del cartel. La idea de que un modo de superar los efectos imaginarios de todo grupo, y la identificación vertical al jefe es ponerlos a trabajar en una tarea común. Esto no anula el rasgo de cada uno, sino que tiende a neutralizar las pasiones de los miembros al ubicar algo por arriba de los "pequeños narcisismos". La tarea común como causa. Miller, en la "Teoría de Turín…"[2] indica que la Escuela no es sin Ideal. Podemos decir, como una fórmula subsidiaria de la primera, que el cartel como "órgano base" no es sin Ideal. Pero el cartel con su estructura y la función del más-uno, ofrecen un tratamiento del Ideal para que no obture la causa que remite a cada uno a la soledad de su goce. Ese goce no masificante y que de no analizarse se vuelve obstáculo en el trabajo para la "tarea común".

Conviene, faltando pocos meses para la fundación de la Delegación Salta de la EOL, ubicar el cartel en su justo lugar, como órgano base, con su plena vigencia como dispositivo capaz de hacer avanzar el discurso analítico en esta ciudad. Leo esta invitación como una apuesta a poner el trabajo de Escuela por venir, pero como lo indica Miller, cuya existencia ya está dada por el deseo y el significante, sobre la rúbrica del cartel.

NOTAS

  1. Lacan, J. (1947) "La psiquiatría inglesa y la guerra", Otros escritos. Bs. As., Paidós, 2012, pp. 113-135.
  2. Miller, J.-A. (2000) "Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela", disponible en: https://www.wapol.org/es/las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=291&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=10