4 Más uno

NUEVA SERIE #3

Una experiencia siempre nueva

Beatriz Udenio

¿Qué sabemos de la experiencia en un cartel antes de integrar alguno? Lo que leímos, lo que escuchamos que se elabora en relación con este dispositivo, las producciones de los que trabajan en ellos. Nada de eso sustituye lo que entrar y recorrer este camino permiten captar. Hay en esto lo inaugural del primer cartel, pero también lo que cada cartel, como tal, presenta como novedad. Ninguno es igual a otro, cada uno tendrá algo de original. Es lo que también hace de este modo de trabajo con otros algo apasionante.

Esto vale también para algunas de las preguntas que nos hacemos, por ejemplo, acerca de la función del más-uno. En una reciente “Noche de carteles”[1] sobre el tema resultó interesante escuchar distintas posiciones y reflexiones sobre dicha función. Uno de los varios saldos de saber para mí se refiere a que el trabajo de cartel se sostiene y, a la vez, cultiva la diversidad.

Así entiendo la propuesta de Lacan, en su “Acto de fundación”[2], cuando invitaba a pegarse para despegarse después de un tiempo. Y que hubiera al menos uno que se ocupara de sostener la posición de división que empuja a cada uno a querer saber, a investigar, a producir, según algo propio, con otros y sus “algo propio”. Cada uno poniendo de sí, de lo suyo. Como destaca Jacques-Alain Miller en uno de sus textos sobre el cartel[3].

Recuerdo uno de los primeros carteles que integré, sobre el tema del Tiempo lógico en la clínica con niños[4]. Pienso hoy que no solo me entusiasmaba hallar las condiciones lógicas para situar el movimiento inaugural de estructuración del sujeto, pensado en tiempos no cronológicos, sino también que en ese Aserto que tomábamos como base –el texto de Lacan- el “con otros”[5] resultaba crucial. Eso me interesaba, motivaba mi curiosidad.

Al escribir hoy, ya cuento con lo que recorté a lo largo de mis años de análisis en un entramado con los carteles en los que participé, echando luz sobre lo que me anima en este trabajo con otros.

Puedo decirlo así: cada cartel implica un ejercicio y un ensayo en torno a lo que para cada quien hace de desgarrón. En el saber, sí, pero en relación con lo que no sabemos ni nunca lo haremos, pues se topa con lo imposible de saber. Así, eventualmente, devendrá un saldo de saber sobre el rasgo elegido. El más-uno se ocupa de resguardar el valor operativo de esa rasgadura.

En mi caso ese desgarrón inevitable se me presentó originariamente constituido con la mi lalangue, marcando el “con otros” con la cualidad de eso, extranjero, éxtimo a mi cuerpo hablante. Y me fue preciso explicitar que se trata de bordear esa fractura, ya que es en ese balanceo de ida y vuelta, en el que se produce el pequeño placer del encuentro y la sorpresa de un ligero saber. Así fue como destaqué el valor que ha tomado para mí el borde como lugar –en un texto titulado “El cartel, un lugar en el borde”[6] situando el movimiento de contornear moebianamente esa rajadura, transformada así en fuente de deseo de bordear, en el sentido topológico, volviéndose así, soporte del sinthome.

Extendiendo este hallazgo, el cartel como un lugar de borde, posibilita la Escuela, y es por ello “órgano de base”. La base de una Escuela, un lugar interior y exterior a la vez, es decir, éxtimo, con su agujero central, ineliminable. No hay allí una lógica de “los de adentro” o “los de afuera”. Hay ese topos, lógico. Una Escuela lo es en tanto tiene carteles funcionando en la misma.

Para concluir

Leí los textos de los colegas incluidos en esta rúbrica, desde su aparición. En cada uno se desvela el punto del hallazgo y la puesta a punto de ese rasgón en singular, y el modo de circunscribirlo, en el límite de lo decible. Se escribe, así, y resguardándolo, se hace fuente de transferencia de trabajo, con otros. E impacta en el modo de sostener el trabajo de cartel. En lo que me concierne, el rasgón afinado en el análisis define, además, mi modo de ubicarme en el nudo entre la extensión y la intención, en psicoanálisis. En la Escuela y sus vecindades.

NOTAS

  1. Noche de Carteles en la EOL: “Marcas del más-uno”, jueves 11 de agosto 2022, disponible en: falta link.
  2. Lacan, J. (1964) “Acto de Fundación”, Otros escritos, Buenos Aires, 2012, p. 247.
  3. Miller, J.-A. (1986) “Cinco variaciones sobre el tema de la «elaboración provocada»”, disponible en: https://cuatromasunoeol.com/sv/referencias.cinco-variaciones-sobre-el-tema
  4. Cartel “El tiempo lógico y el niño. Sus consecuencias en la dirección de la cura” integrado junto con Catalina Guerberoff, Alejandra Eidelberg, Liliana Cazenave. Más-uno Juan Carlos Indart, 1993.
  5. Lacan, J. (1945) “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada”, Escritos 1, Buenos Aires, Siglo veintiuno editores, 2002, p. 193.
  6. Udenio, B. (2020) “El Cartel: un lugar en el borde”, disponible en: https://cuatromasunoeol.com/edicion/001.logica-colectiva.beatriz-udenio