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NUEVA SERIE #3

Entrevista a Liliana Szapiro*

Secretaría de Carteles: ¿Cómo aproximar el Cartel en la universidad sin perder la perspectiva de que trabajar en un cartel es estar en la Escuela?

Liliana Szapiro: Considero que se podría proponer a los alumnos, una vez finalizada la cursada, incorporarse a carteles ya formados o conformar uno a partir de las preguntas que la teoría y/o la clínica pueden haber despertado en ellos.

SC: ¿Considera que la propuesta de trabajo en carteles puede ser incluida en alguna experiencia universitaria? ¿Qué puntos de contacto y/o exclusión subrayaría entre la investigación de un rasgo de cartel y la investigación académica?

LS: La experiencia de trabajo en carteles puede ser incluida en muchas experiencias universitarias. Pueden armarse carteles con relación a temas que se dicten en las materias. Pero me parece difícil que, si esos carteles se arman durante el tiempo de dictado de la materia, puedan ser inscritos en la EOL.

Dirijo proyectos de investigación acreditados en el Rectorado de UBA desde hace ya más de veinte años y la propuesta siempre fue realizada a partir de un rasgo articulado a un tema que me interesaba. Los puntos de exclusión pueden estar asociados a la fundamentación metodológica que en la propuesta de una investigación académica están articulados a un universal.

SC: ¿Cuál es el interés de los estudiantes en el psicoanálisis? ¿Ha cambiado en los últimos años?

LS: Hay una fuerte transferencia hacia el psicoanálisis de orientación lacaniana. Es cierto que la impronta de algunas corrientes feministas ha generado cierto prejuicio en relación al mismo. Considero que dicho prejuicio se basa en una lectura superficial y poco rigurosa de los textos psicoanalíticos por parte de las líderes teóricas de dichas corrientes. Considero que la Escuela debe asumir una posición respecto a esta cuestión. De hecho, es un tema de debate en el marco de RUA. Recordemos al respecto la advertencia que nos hacía Lacan: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”[i].

SC: ¿Qué acciones considera de importancia que la Escuela puede llevar a cabo para acercar a las nuevas generaciones al psicoanálisis? ¿Podría contarnos alguna experiencia en ese sentido que considere valiosa?

LS: En principio considero que es muy importante que se lleve adelante un estilo de enseñanza que resuene en la subjetividad de los jóvenes. Que intente despejar los prejuicios relativos al psicoanálisis como “patriarcal” y que logre un efecto de transmisión.

La experiencia de las prácticas profesionales que desarrollamos en la Facultad de Psicología de la UBA es interesante.

Así, daré cuenta de la apuesta que hemos realizado durante muchos años en el marco de una experiencia que es denominada Práctica profesional del área clínica y que ocupa el lugar de una materia optativa dentro de la currícula de la Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. El nombre de esta Práctica es “Clínica con púberes y adolescentes en el Hospital” y los analistas que hemos estado a cargo de la misma hemos pretendido desarrollar una enseñanza posible de la clínica psicoanalítica, teniendo en cuenta el límite que el discurso universitario impone a la transmisión del psicoanálisis, recordando al respecto el planteo de Lacan del riesgo de una distorsión en la enseñanza “al traducir al discurso universitario “algo que tiene sus propias leyes”.

En el marco de esta experiencia los alumnos de la Carrera de Psicología tienen la posibilidad (entre otras) de estar presentes (como observadores) en las primeras entrevistas que se realizan a los sujetos que demandan tratamiento en los Servicios de Psicopatología de diferentes Hospitales Públicos. El texto de estas entrevistas es posteriormente discutido en un espacio dónde los alumnos interrogan a los analistas que han conducido las entrevistas. Por otra parte, los enseñantes que están a cargo de esta Práctica, dictan un Seminario en el cuál intentan transmitir cuestiones de la teoría atinentes a la clínica. En el ámbito de este Seminario los enseñantes realizan también la presentación de casos clínicos dónde los analistas dan cuenta de la lógica de la cura que ellos han conducido. Estas exposiciones no pretenden “ilustrar” la teoría, sino ponerla en “tensión, al trabajo” a partir de interrogarla. Los pasantes producen al finalizar esta experiencia, un escrito que es la conclusión resultante de una investigación producida a partir de los interrogantes que han surgido en ellos como efecto de la discusión de las cuestiones teóricas en el marco del Seminario que los enseñantes dictan, o de la discusión de los relatos clínicos o a partir de su participación en las entrevistas de admisión, en la Guardia, etc. Que la investigación tenga como punto de partida una interrogación singular de cada uno de los alumnos es lo que propicia que muchos de esos escritos de los alumnos (producto de la investigación realizada) estén a la altura de una producción teórica resultante de un acto y no sean una mera repetición de conceptos. En algunos se constata que ha habido efecto de transmisión.

El hecho de observar las actividades antes mencionadas no tiene mayor importancia sino se piensa cuál es el efecto que produce en los alumnos. La Práctica no está pensada sencillamente como un “paseo”. Escuchar la primera entrevista de un sujeto que consulta, produce muchas veces en los alumnos una conmoción. Conmoción que remite a varias cuestiones que pueden ser pensadas desde distintos registros

De cualquier manera, a los efectos de la enseñanza lo que importa es el texto del discurso del sujeto que consulta y su posterior discusión. En última instancia, que el pasante esté presente o no en la entrevista es indistinto. Así, una de las cuestiones centrales es la posibilidad en esta experiencia, de discutir con el analista que ha llevado a cabo la entrevista, o con quien realice la exposición de un caso clínico, no sólo el texto del discurso del sujeto que consulta, sino también el porqué de las intervenciones del analista. Se constata que se produce a partir de esta discusión, un efecto de relanzamiento del deseo en relación a la clínica, no sólo por parte de los asistentes, sino también de los enseñantes. En relación a lo anteriormente planteado, podemos decir que no es posible exponer cómo se ha conducido una entrevista, sin que se ponga en juego el deseo del analista y es esta puesta en juego del deseo la que posibilita que pueda haber efecto de transmisión y que se promueva la transferencia en relación al Psicoanálisis. Debemos recordar al respecto lo planteado por Lacan en la “Apertura de la Sección Clínica”: “...la clínica psicoanalítica debe consistir no sólo en interrogar al análisis, sino en interrogar a los analistas, de modo que estos hagan saber lo que de su práctica tiene de azarosa y que justifique a Freud el haber existido”[ii]. Esta Práctica, pretende crear las posibilidades en todos los espacios en que tiene lugar de que esta interrogación pueda llevarse a cabo. Es importante subrayar lo dicho anteriormente, de que, aún enmarcada en la Universidad, en el contexto de esta experiencia, el deseo de los enseñantes y de los alumnos se pone (en algunos casos) en juego y éste es el factor central que posibilita que se produzca un efecto de transmisión. Aunque sólo sea porque en algún caso esto se produce, pienso que es importante renovar la apuesta de seguir sosteniendo esta experiencia.

SC: ¿Qué considera que convoca a los graduados a continuar su formación en la orientación lacaniana?

LS: La transferencia, que en muchos casos ha sido motivada por el efecto de transmisión de la enseñanza del psicoanálisis de orientación lacaniana en la Universidad.

NOTAS

* Profesora adjunta de la Práctica Profesional “Clínica con púberes y adolescentes en el Hospital” y de “Intervenciones psicoanalíticas con jóvenes marginados”, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

  1. Lacan, J. (1953) “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, Escritos 1, Buenos Aires, Siglo veintiuno, 2008, p. 308.
  2. Lacan, J. (1977) “Apertura de la Sección Clínica”, Ornicar?, n. 3, Barcelona, Petrel, 1981, p. 39.