Secretaría de Carteles: ¿Cómo aproximar el Cartel en la Universidad sin perder la perspectiva de que trabajar en un cartel es estar en la Escuela?
Roberto Bertholet: Aproximar el cartel a la Universidad requiere tener en claro el objetivo de tal decisión, que -a mi entender- es que la transmisión del Psicoanálisis resulte eficaz en el ambiente académico para producir transferencia con el Psicoanálisis de Orientación Lacaniana.
Efectos transferenciales, en función de las dos dimensiones del cartel: lo epistémico y lo libidinal.
Habiendo docentes que a su vez son miembros de la Escuela no se debiera perder la perspectiva de que trabajar en cartel es estar en la Escuela, y podría justificarse el uso del dispositivo de cartel para la construcción del saber en el ámbito de la Universidad, diferenciándolo del cartel en la Escuela.
SC: ¿Considera que la propuesta de trabajo en carteles puede ser incluida en alguna experiencia universitaria?
RB: De las tres instancias de una cátedra universitaria -docencia, investigación y extensión-, podría incluirse el trabajo de cartel, en principio, en las dos primeras, en la docencia y en la investigación.
En cuanto al uso del cartel en la dimensión “docencia”, no sólo sería útil para las clases de los Trabajos Prácticos, de los Seminarios y de los Teóricos, como modo de trabajo con los estudiantes, sino también para los espacios de “formación interna” de las cátedras.
Quizás también en algunas tareas de extensión, según el caso.
Dos de las condiciones del cartel en la Escuela -la elaboración de saber en el lazo con otros y, al mismo tiempo, la producción de un resultado a nombre propio - son muy valiosas en la Universidad, cuando al estudiante universitario -tanto de grado como de pos-grado- le está costando cada vez más el lazo con otros como también la elaboración de un producto a nombre propio.
De todos modos, considero que hay dos puntos en los que no resulta sencillo implementar el trabajo en cartel en el ámbito académico:
a) el “más-uno”, que debiera ser un estudiante, por la imposibilidad de tiempo para un docente de tomar a su cargo tal función -por la excesiva “carga horaria” que implicaría, en términos universitarios-.
b) la elección del rasgo propio: en la medida en que el estudiante universitario debe recorrer un Programa de cátedra, en el que se despliegan muy diferentes ángulos conceptuales, aunque todos en función de una perspectiva, no se hace posible definir un “rasgo” cuando el mismo recorrido va cambiando permanentemente.
En estudios de Posgrado, estos dos inconvenientes no se presentarían con la misma fuerza que en el Grado.
Por otra parte, el número de integrantes y el tiempo de duración del cartel ya están resueltos por los criterios que en la AMP se han establecido respecto de estos ítems: “cartel ampliado” y “cartel fulgurante”, a diferencia del 4+1 y de dos años, respectivamente.
SC: ¿Qué puntos de contacto y/o exclusión subrayaría entre la investigación de un rasgo de cartel y la investigación académica?
RB: Entre la investigación en un cartel y la investigación académica, el punto de contacto estaría dado porque las dos investigaciones están referidas a un trabajo en relación con la elaboración de saber. Y las dos apuntan a la construcción de una formalización del saber que resulte transmisible.
En cuanto al significante “puntos de exclusión”, lo interpreto como puntos de diferencia. Entonces, encuentro que una primera diferencia aparece en los resultados finales del trabajo, ya que mientras la investigación académica presenta una construcción colectiva del “informe final”, el cartel estimula el producto personal de cada integrante del cartel. Es cierto también que la investigación académica no desestima que haya producciones a nombre propio a lo largo del recorrido del proceso de investigación, que pueden ser presentadas en diferentes espacios académicos.
Otro punto de diferencia es que la investigación académica requiere de una formalización del proceso de investigación que no es necesario para el uso del cartel que hacemos en la Escuela: fundamentación, estado del arte, objetivos generales y específicos, metodología, presupuesto de tiempo, transferencia de resultados, formación de recursos humanos, presupuesto financiero y presentación del “informe final”, que no son necesarios ni convenientes para el trabajo de un cartel de la Escuela.
SC: ¿Cuál es el interés de los estudiantes en el Psicoanálisis?
RB: El interés de los estudiantes en el Psicoanálisis está en función de la transferencia que logren provocar los docentes universitarios cuando presentan los “contenidos” psicoanalíticos de sus cátedras. Cuando los profesores y docentes universitarios transmiten la lógica de las articulaciones conceptuales mostrando su interés de que tales nudos conceptuales resulten comprensibles, sin perder la rigurosidad y la complejidad, es cuando el estudiante aprovecha mejor, con buena disposición transferencial, el impacto del “acontecimiento Freud” y de la enseñanza de Jacques Lacan.
A partir de ese efecto transferencial, los estudiantes pueden comparar al Psicoanálisis con las variadas ofertas terapéuticas que aparecen hoy en día, de modo que resulte evidente la pobreza de elaboración de tales prácticas, que parecen alimentar cada vez más la debilidad mental.
SC: ¿Ha cambiado el interés de los estudiantes por el Psicoanálisis en los últimos años?
RB: Es evidente que, en los últimos 25 años, ha venido cambiando el interés de los estudiantes universitarios por el Psicoanálisis.
Muchos factores incidieron para que hoy sea menor el porcentaje de estudiantes que se interesan por el Psicoanálisis.
Un cierto número de estudiantes se ha volcado a distintas formaciones profesionales rápidas, con inmediata salida laboral y que cuentan con un cada vez mayor reconocimiento social: psicoterapias que prometen ser eficientes y que suman el apoyo del ámbito psiquiátrico, de laboratorios de medicamentos, de obras sociales y prepagas. A su vez, las autodenominadas “neurociencias”, que no tienen nada de científicas cuando, desde su necesario y específico estudio de lo neurológico, invaden campos de investigación en los que no pueden decir nada coherente, aunque el uso del significante “ciencia” los presente a la sociedad como garantía autorizada.
También se ha sumado a esto el modo de enseñanza que han sostenido algunos profesores y docentes universitarios cuando han enseñado el Psicoanálisis apelando a un modo críptico, provocando la impresión de que sólo algunos pocos iluminados podían llegar a alcanzar el privilegio de ese saber esotérico que se anunciaba en galimatías.
SC: ¿Qué acciones considera de importancia que la Escuela pueda llevar a cabo para acerca a las nuevas generaciones al Psicoanálisis?
RB: Es muy valioso mantener la enseñanza del Psicoanálisis de Orientación Lacaniana lejos de cualquier esoterismo, como ha sido siempre la posición de la EOL en tal sentido, siguiendo el estilo de Jacques-Alain Miller.
Que la Escuela siga atenta a los intereses y problemas de las nuevas generaciones es valioso para que siga habiendo puentes que faciliten un acercamiento. La Escuela ya ha comenzado a hacerlo hace años atrás.
Quizás sea un escenario posible, el que la EOL organice alguna actividad dirigida únicamente a estudiantes de grado de las carreras de Psicología, de Filosofía, de Letras, por mencionar sólo algunas. Esa actividad -diferente de las Jornadas Anuales, de las Noches o a las actividades a riesgo propio- se podría diseñar de modo tal que resulte interesante para los estudiantes universitarios. Ocurre, lo sabemos, que sólo si, en primer término, para la Escuela está suficiente libidinizada y resulta importante, recién luego va a provocar interés en los invitados a la fiesta.
SC: ¿Podría contarnos alguna experiencia en ese sentido que considere valiosa?
RB: La experiencia que hemos venido haciendo, como profesores y docentes de la Facultad de Psicología, quienes somos miembros de la EOL -y en el caso de las Secciones, participantes y asociados también- nos permite verificar que se valora y reconoce el estilo de enseñanza que es una característica del Psicoanálisis de Orientación Lacaniana. La referencia a la clínica psicoanalítica les permite a los estudiantes comprender que la metapsicología freudiana y los diferentes momentos de la enseñanza de Jacques Lacan son enormes esfuerzos de esclarecimiento de las paradojas del goce y de las complicaciones subjetivas en la vida.
En cuanto a la experiencia hecha en todos estos años por cada uno de los miembros de la EOL en la Universidad, me permite leer que resultado de la transferencia provocada en clase, los estudiantes se han sumado a las actividades de Jornadas y Cursos organizados en la Escuela.
SC: ¿Qué considera que convoca a los graduados a continuar su formación en la orientación lacaniana?
RB: Uno de los motivos por los que los graduados continúan su formación en la orientación lacaniana es la claridad de la enseñanza brindada por Jacques-Alain Miller, su orientación lógica y ajustada a la construcción del recorrido de Jacques Lacan en sus diferentes momentos, sin dejar de estar muy presente las referencias a la obra freudiana.
Y una vez que se acercan a la Escuela, el mismo espíritu cartesiano de Jacques-Alain Miller que viene siendo sostenido por los miembros que dan clase en la Universidad o en las diferentes instancias de enseñanza de la Escuela, es ese espíritu de claridad y precisión el que es muy valorado por los graduados para continuar su formación en la orientación lacaniana.
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