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NUEVA SERIE #3

Entrevista a Sohar Ruiz [1]

Secretaría de Carteles: ¿Cómo aproximar el cartel a la universidad sin perder la perspectiva de que trabajar en un cartel es estar en la Escuela?

Sohar Ruiz: Antes de responder las preguntas, me parece que sería conveniente mostrar brevemente el panorama del psicoanálisis lacaniano en la Universidad Nacional de San Luis. Si bien la difusión del psicoanálisis se remonta desde los comienzos de la carrera de psicología, eso se llevó a cabo por psicoanalistas de APDEBA o APA que tenían cátedras de Psicología Clínica o Psicopatología y venían desde Mendoza en general. Además, desarrollaban su tarea propiamente clínica y sus ateneos, grupos de estudio y demás. A esa situación, se agrega el desarrollo que comienzan a tener las orientaciones conductitas clásicas con sus laboratorios de estudio de conducta animal y humana desde la década del 70. Pronto por esa época llegan las aplicaciones clínicas desde esas líneas de la mano de las teorías cognitivas. Recién a finales de los 80, Luz Casenave, invitada por las asignaturas de Psicolingüistica, llega a San Luis. Ella, por esos años, digamos, no fue muy bien recibida por los ámbitos académicos ligados a la psicología. Su punto de arribo fueron los grupos que trabajaban alrededor de la Lingüística como decía antes y la Filosofía. Pero la gente que comenzó a estudiar y a analizarse con ella, era extremadamente joven en aquellos años. Ella logró con mucho esfuerzo dictar un posgrado de 500 (¡!) horas a principio de los 90. Por otro lado, y al poco tiempo, también llegaron a la universidad, lacanianos de otras orientaciones que intentaron, con poco éxito hay que decir, desarrollar su trabajo. Bien… esto para decir que la Orientación Lacaniana en San Luis, no es fácil de desarrollar… La acción se ha llevado a cabo más por fuera, con lo que se llamó la Biblioteca de Psicoanálisis de San Luis y luego el IOM.

Hemos continuado una labor por dentro de la universidad también. Con mucho esfuerzo, en diversos proyectos de investigación, y diversas acciones. Muchos nos encontramos trabajando en uno llamado “Epistemología, Psicoanálisis y Ciencias Humanas. Normalización, Clasificación y Subjetividad II”. Es una estrategia que nos hemos dado a lo largo del tiempo de tratar de introducir la Orientación Lacaniana en programas de investigación que impliquen una juntura del psicoanálisis con otros saberes, en especial con la Epistemología. Sé que hay otros proyectos en la universidad de San Luis y que también se dan sus propias estrategias. En ese marco, es donde se difunde, también, el concepto Escuela. El proyecto en el que me encuentro no tiene muchos integrantes. Sin embargo, de una manera u otra estamos involucrados con la Orientación Lacaniana. Entonces, el cartel… tengo la idea que el concepto, su lógica no ha tenido demasiada difusión. Eso no impide que en el propio proyecto de investigación se trabaje bajo un formato homólogo. Eso quiere decir, que aún faltan algunos pasos más…

SC: ¿Considera que la propuesta de trabajo en carteles puede ser incluida en una experiencia universitaria? ¿Qué punto de contacto y/o exclusión subrayaría entre la investigación de un rasgo de cartel y la investigación académica?

SR: Considero que la investigación académica es muy distinta de la investigación que se realiza en un cartel. La lógica de investigación académica tiene un funcionamiento que perfectamente le cabe la mecánica que se desprende del discurso universitario. Claro que puedo entender que no todo lo que pasa en la universidad es de ese orden de discurso. Por cierto que es verificable el discurso del amo, hay gobierno. Que hay discurso de la histérica, hay protesta, demandas. Y un poco mas discreto y soterrado, hay discurso analítico. Pero, al menos como veo que se practica, la investigación en ciencias humanas en el sistema de ciencia y técnica argentino, eso se da en las coordenadas de discurso universitario. Revistas indexadas, evaluación de proyectos, jornadas, congresos, etc… todo eso es cuantificado y puesto en grilla. Todos astudados!!! Pero, creo, que lo que escapa a esa lógica (o puede escapar, seamos discretos) son los procesos de producción de conocimiento. Miller es el que ha dado alguna clave para pensar al cártel bajo la lógica del discurso histérico. Y para llegar a la formulación ya clásica: la provocación bajo la égida del no saber… un no saber socrático.

Planteada la diferencia y lo que considero algunas de sus tramas podría sostener que es posible el funcionamiento del cartel a la hora de la producción de saber, si es que eso puede estar en el lugar que le conviene: en el de producción y pérdida.

Ahora bien, veo muy difícil que la cuestión del autor pueda ser evitada en el ámbito de la universidad. Y eso es crucial …

SC: ¿Cuál es el interés de los estudiantes en el psicoanálisis? ¿Ha cambiado en los últimos años? ¿Qué acciones considera de importancia que la escuela puede llevar a cabo para acercar a las nuevas generaciones al psicoanálisis? ¿Podría contarnos alguna experiencia que considere valiosa?

SR: Si me sirvo de la primera parte de mi primera respuesta es para señalar que el interés por el psicoanálisis en los estudiantes hay que inventarlo cada vez, que no hay nada que lo pueda garantizar. Comento un detalle que puede ser interesante. Los estudiantes a la altura del 4to año tienen que decidir por lo que se denomina la “línea” cognitiva y la “línea” psicoanalítica. Así, la carrera de la licenciatura se divide en dos y los estudiantes tendrán materias de una línea o de la otra. Eso ha sido un producto de las negociaciones de los docentes desde hace muchísimos años. Y eso ha evitado lo que en otro tiempo fue un debate más o menos productivo. Pero, lo que veo como avance que atenta contra el psicoanálisis y su clínica es la llamada psicología comunitaria. Una rara mezcla de militancia social sin teoría o muy poca en el que se conjugan nuevas militancias y hace aparecer al psicoanálisis como lo que en otros tiempos se lo describía como una práctica burguesa. Pero si hay algo en singular de lo que pasa es que no hay aguerridos debates sino una administración de los entusiasmos, digamos, que deja frío a algunos y a otros no. Calculado así a los posibles interlocutores, habría que agregar que algunos feminismos un tanto radicalizados también hacen lo suyo.

Así es que entiendo que la cuestión es claramente uno por uno y vía la transferencia.

SC: ¿Qué considera que convoca a los graduados a continuar su formación en la orientación lacaniana?

SR: Creo que es demostrar con claridad epistémica, la eficacia clínica del psicoanálisis de orientación analítica.

NOTAS

  1. Lic en Psicología. Analista Practicante de la Escuela de la Orientación Lacaniana y la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Docente-Investigador de la UNSL. Profesor responsable de asignatura “Epistemología” para la carrera de Lic. en Psicología de la FaPsi, UNSL. Co-director del proyecto de investigación: PROICO 04-0220, “Epistemología, Psicoanálisis y Ciencias Humanas. Normalización, Clasificación y Subjetividad II”. Docente del IOM2.