Secretaria de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario? ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

Micaela Canciani: Un cartel supone una invitación a trabajar desde una lógica colectiva, con otros, a través de una "organización circular"[1], sin ser tomados por fenómenos de identificación grupal. En relación a su contexto histórico preliminar, se destaca un movimiento "anti-autoritario"[2]. Atravesar la experiencia de trabajo en el dispositivo mencionado, permitiría una lectura de ciertos funcionamientos institucionales, en los cuales predomina un discurso amo, estructuras verticalistas y jerárquicas, que es necesario agujerear. Tal vez este sería uno de los desafíos de un cartel, la introducción y allí de otro discurso, como un modo de tratamiento del malestar institucional. Bassols lo define como un "arma política"[3]. Hacer uso de esta dimensión posibilita leer, visibilizar e interrogar dichos malestares.

Uno de los aportes distintivos que podría tener un cartel en la investigación y formación, dentro del ámbito hospitalario, sería interrogar tanto las presentaciones clínicas contemporáneas, como los usos posibles de la transferencia a través de los medios virtuales, convocándonos a alojar y tratar algunos hallazgos provenientes de la práctica institucional.

Un cartel puede también contribuir, especialmente, en lo que respecta al diálogo del psicoanálisis con otros discursos, lo cual se torna necesario en la práctica hospitalaria. Allí el psicoanálisis puede orientar en relación a la singularidad, diferenciándose así del trabajo institucional guiado por protocolos.

Se proponen algunos usos políticos y clínicos de un cartel, como herramienta de transmisión del psicoanálisis en el ámbito hospitalario.