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NUEVA SERIE #4

Entrevista a Luciana Pereyra*

Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?

Luciana Pereyra: El psicoanálisis en el hospital es un cada vez: con cada paciente, con cada caso que se presenta en los diferentes dispositivos que existen dentro del ámbito hospitalario, tales como consultorio, guardia o interconsulta, el practicante del psicoanálisis es convocado a una invención. La práctica hospitalaria enfrenta a los practicantes del psicoanálisis a salir de la calma del consultorio para inmiscuirse en la labor institucional, tarea que exige una originalidad por parte del practicante.

Si se piensa al cartel como un dispositivo original, edificado sobre el principio de una elaboración sostenida, tal como lo planteaba Lacan en su "Acto de fundación" (1964), puede establecerse aquí el aporte distintivo que el cartel realiza a la formación e investigación en el ámbito hospitalario: originalidad, invención, cada vez… pero teniendo siempre en cuenta, tomando las palabras de Mauricio Tarrab: es un saber que no está listo, por lo tanto, debe inventarse cada vez ante cada encuentro con un sujeto.

Como practicante del psicoanálisis en el hospital, es posible verificar este cada vez en las intervenciones, que no son posibles sin la formación y el análisis personal. Y el cartel, dentro de la formación, es un punto nodal, donde se conjugan el deseo del analista y el deseo de saber.

S.C.: ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

L. P.: Cada institución tendrá sus protocolos, reglas, estándares, y sus propios malestares. Dichos malestares institucionales pueden ser constitutivos de esta, es decir, estar en sus orígenes, en sus cimientos.

Lacan en "Decolaje o despegue de la escuela", entre los puntos de formalización del cartel, dirá que: "ningún progreso se ha de esperar, salvo el de poner a cielo abierto, periódicamente, tanto los resultados como las crisis del trabajo".

De este modo, puede ser un modo de tratamiento del malestar institucional: poniéndolo de relieve.

En este punto, es importante destacar aquí la función del más-uno, como éxtimo, como bisagra. El practicante del psicoanálisis dentro de las instituciones, como la hospitalaria, también tiene un lugar de extimidad: entre el adentro y el afuera. No desconoce que está dentro de una institución, con sus reglas propias, pero al mismo tiempo se distancia de ellas y, cada vez, a través de una invención particular, encuentra un modo de hacer con éstas.

BIBLIOGRAFÍA

* Lic. en Psicología. Jefa de Residentes de Psicología del Hospital Cabred de Opendoor, Luján, Bs. As.