Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario? ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

Ayelen Rochia Gelabert: A casi dos años de la invitación a formar parte de un cartel, el primero. No había siquiera oído esa nominación. ¿Era un grupo de investigación, grupo de estudio? Acepto sin saber, pero buscando alguna suerte de orientación en un momento "singular" en el hospital: la pandemia Covid 19. De la residencia directo a la guardia, a la Terapia Intensiva. Un encuentro así, precisa de ser puesto a conversar. Lo primero que hallé en el cartel fue esa posibilidad. De tejer una trama, con otros, pero no con cualquier otro. Porque el psicoanálisis tiende en el ámbito del Hospital y en una coyuntura así, a ser olvidado, tapado debajo de una mascarilla y cientos de protocolos. Se trató para mí de hacerlo flotar a una superficie. Renovar el amor, la potencia de la transferencia. Es el segundo tiempo, de construir y también de extracción de un saldo, para estar un poquito más alivianado. Me hallo en cada encuentro, con ese oxígeno preciso en la clínica.

Al leer la segunda interrogación, lo primero que intenté es revisar la noción de malestar. Como si fuera a encontrar allí algo: pienso en que el cartel me ha permitido hacer algo con el malestar institucional… quedarse pegado a eso que no anda o escuchar, y formular alguna suerte de pregunta.

¿Qué hay de la angustia en el malestar institucional? El cartel como un pasaje, que permite despejar qué es del orden de lo posible e imposible. Es un modo de no taponar, y poder sostener el trabajar en una institución como es el hospital público.